domingo, 7 de noviembre de 2010

La tenacidad de la paloma


El 27 de octubre descubrimos un nido en la parralera, semioculto entre las hojas. sentada sobre él había una yerutí - es una palomita más chica- blanca, estaba empollando. Mi esposo quiso echarla pero a mi me conmovió y le pedí que la dejáramos, que ya habría tiempo para que se fuera. Las palomas tiene mala fama y algunos aseguran que son portadoras de varias plagas, pero estaba tan hermosa la palomita en su nido, toda buchona ella, que la dejamos vivir.
El 30 de octubre vino la gran tormenta con granizo y lluvia torrencial e inundaciones del patio. Cuando el viento y la lluvia amainó salimos a mirar y vimos a la paloma sentada como si nada hubiera ocurrido, sus huevitos no podían ser abandonados y ella cumplió con su misión. Hizo bien, hoy sus pichoncitos apenas asoman la cabecita por encima del nido y la imagino afanosa buscando algo para darle de comer. Mi marido, que es un hombre muy bueno, quiso ponerle cereales en el suelo, debajo del nido, pero yo le dije que no, que nos llenaríamos de ratones. Ella es una madraza, ya encontrará en el jardín alguna hojita o unas frutas, se las va a campanear muy bien. Así como los sayjoguy que comen los mamones, las guayabas, los ñangapiry y hasta el alpiste de la jaula de los loros. Ellos no se privan de nada y me pagan con el vuelo azul de sus alas travesando el espacio entre las santarritas y las mandarinas.
Presiento que las palomas volverán a sus buenas costumbres -vivir en las ramas de los mangos- porque tenemos un gatito nuevo, el Cervantes - tiene la patita izquierda rota- para que caze a la laucha que se pasea por la casa como si fuera de ella. No hay trampa que funcione y hemos tenido que adoptar estretegias para esconder el pan, para que no lo alcance.
Mucha gente me pregunta porque tengo gatos, siempre los tuve, y yo les respondo -Me gustan más los gatos que las ratas. Es la pura verdad.
Además, nunca he visto que una escritora se rodee de ratas, piensen en Josefina Pla.

No hay comentarios: