miércoles, 30 de diciembre de 2009

OJO CON ESTE EJEMPLO

Sergio Ramírez, que fuera vicepresidente de Nicaragua cuando Daniel Ortega era presidente, es también escritor y político. Revisando su blog encontre este material que reproduzco a continuación. Merece la pena leerse.

III. Un presidente para siempre
Por encima de las normas de la Constitución Política no puede haber nada, ninguna otra norma ni ninguna otra voluntad, se sigue enseñando en las escuelas de derecho, igual que en mis tiempos de estudiante. Pero tras este golpe de estado, queda claro que en Nicaragua, por encima de la Constitución, está ahora la voluntad de Ortega, ejecutada por sus serviciales magistrados en la Corte Suprema de Justicia. Esto quiere decir que la Constitución queda expuesta a ir siendo desmontada cada vez que alguno de sus artículos se oponga a la voluntad del presidente perpetuo que, de ahora en adelante, aparentemente tendremos.

Como Ortega no consiguió los votos suficientes en la Asamblea Nacional para reformar la Constitución y poder así reelegirse, como era su voluntad, recurrió al expediente ilógico, ilegal y arbitrario, de hacer que sus magistrados en la Corte Suprema anularan el artículo constitucional donde se hallaba escrito el impedimento. Por esa misma vía irán cayendo los otros que no se conformen con su voluntad de gobernar no sólo para siempre, sino con todos los poderes en un solo puño. Los hechos son los que ahora hablan.

En sus discursos, Ortega ha insistido, por ejemplo, en que la existencia en Nicaragua de diversos partidos políticos solamente trae discordia y enfrentamientos, y que por tanto, debía existir un solo partido, el suyo naturalmente. ¿Lo sabe la OEA y los países que la forman, comprometidos con la Carta Democrática que establece como uno de sus principios inalienables el pluralismo? Un día de tantos los artículos de la Constitución de Nicaragua que establecen el pluralismo pueden amanecer desaparecidos, y, a lo mejor, el solemne silencio con que ha sido recibida la supresión del artículo que prohíbe la reelección, va a repetirse.

¿No estaba ya advertido todo el mundo que Ortega se abriría, aunque fuera a la fuerza, las puertas de la reelección permanente? No hace mucho, en una entrevista para la cadena Al-Jazeera, le dijo al periodista David Frost que esperaba vivir hasta los 98 años, porque venía de una familia de longevos, para quedarse todo ese tiempo en la presidencia.

Ya se ve que si al presidente Zelaya le dieron un golpe de estado cuando sólo le faltaban pocos meses para completar su período, el golpe que el presidente Ortega ha dado a favor de sí mismo es mucho más ambicioso. Imaginen. Planea quedarse en el poder al menos hasta los 98 años de edad. De allí a la eternidad, sólo hay un paso.

jueves, 17 de diciembre de 2009

MEMORIAS - Todo sobre mi padre


Humberto Pérez Cáceres, mi padre, fue sin lugar a dudas, el padre del periodismo moderno en el Paraguay. Él había sido periodista por más de 20 años en Buenos Aires, trabajó en diversos diarios, como Democracia, Noticias Graficas, Pregón, en agencias noticiosas, en emisoras de radio, fue decano de la Facultad de Periodismo en Buenos Aires y Secretario General del Sindicato Nacional de Prensa, en la peor época, cuando los gorilas habían tomado el pdoer. No le faltaba precisamente experiencia periodística.
Al regresar a Paraguay vió que el diario más leído era practicamente un fósil, se trataba de la antigua Tribuna, en formato sábana y con la primera págna llena de cables. Desde ese momento, mi padre comenzó a soñar con cambiar el estilo pèriodístico en su país, que aún estaba sometido a moldes obsoletos y no informaba realmente.
Como soñar con intensidad a veces da frutos, eso se produjo en su caso. Fue citado para hablar con don Elías Saba, el fallecido comerciante y él le propuso, en nombre de sus socios, crear un nuevo diario. Los socios de don Elías Saba eran Aldo Zuccolillo y el Gral. Andrés Rodriguez. Luego de hablar con ellos el proyecto se puso en marcha. Debo aclarar que mi padre no tenía un centavo, nunca fue socio de esos empresarios, su aporte fue el de la creatividad y el del conocimiento o know how. Zucollillo era el principal capitalista y a él convenció Humberto de que el cambio debía ser radical, por lo que ambos viajaron a Uruguay donde se imprimía el primer diario en off-set de sudamérica. abc Color sería el segundo.
Aldo Zuccolillo puso el dinero, se compraron las máquinas, se contrató gente y se empezó a trabajar para crear un plantel de periodistas que se adaptaran a la nueva manera de redactar y de titular. Guillermo Ares, en un libro de su autoría, revela que mi padre lo llamó, que aceptó venir y que su principal lucha consistió en que los redactores hicieran los títulos como la nueva diagramación lo requería. Eran tan solo 2 líneas de 20. Guillermo Ares fue el mejor diagrmador en su tiempo y había sido alumno del paraguayo Guevara en un diario argentino.
La novel redacción trabajó un año antes de la aparición del primer ejemplar. Lo mismo sucedió con las máquinas, todo era nuevo para los veteranos imprenteros. El 8 de agosto salío el primer número de abc color. Primer diario en POaraguay en off-set y a todo color.
A partir de ese momento hubo desinteligencias entre mi podre y los Zuccollillo y él tuvo que renunciar, su dignidad no le permitía aceptar ciertas cosas.
Hoy, a 41 años de esa fecha, se hacen todos los esfuerzos posibles para borrar la memoria del aporte de mi padre en ese paso fundamental para la prensa paraguaya, pero todo se sabe y las nuevas generaciones, que estudian en la Facultad de Periodismo están informadas de la verdad.

lunes, 14 de diciembre de 2009

COMENTARIO LIBRO - ALCAESTO

ALCAESTO – de Irina Rafols

La novela de Irina Rafols llama la atención desde su título. Muy
pocos conocen el significado de la palabra Alcaesto. El lector queda curioso, tentado a satisfacer esa incógnita y, si lee la obra, tendrá no solo la respuesta, sino que conocerá un libro profundamente subversivo y esclarecedor. Comprobará que aunque los hechos narrados transcurran en 1492, en España, muy bien podría haber ocurrido en este siglo 21, porque la batalla entre el afán de conocimientos contra las mordazas y límites que pretenden imponer la mediocridad y la ignorancia, aún no ha concluido. En ese momento en Europa todavía reinaba el oscurantismo de la Edad Media, era la hora de los lobos, cuando la noche está más oscura pese a que el amanecer se aproxima, en este caso el amanecer es el Renacimiento.
Alcaesto es una sustancia física que, además tiene espíritu – dice el alquimista Kanamantis a su aprendiz Xeo. El Alcaesto era un elemento tan fundamental, que los alquimistas creían que Dios la utilizó para crear el mundo y la humanidad.
Toda la novela trata de esa incesante y peligrosa búsqueda para hallar esa piedra roja con espíritu, que es una metáfora de la existencia del hombre siempre acuciado por la necesidad de saber más, de correr detrás de lo imposible sin importar las consecuencias. Porque es parte de la responsabilidad de quien más sabe reparar lo que está mal en el mundo, sin esperar agradecimientos o reconocimientos, como enseña Kanamantis a Xeo. Y deberíamos congratularnos porque el devenir de la existencia humana haya sido y sea así, caso contrario todavía estaríamos en las ramas de los árboles como nuestros tan negados antecesores.
La historia está contada por Xeo, un joven desposeído de todo que cayó en las manos del alquimista necesitado de un criado y asistente. El mundo, que con un estilo austero describe Irina, es el que se ve con los ojos de Xeo, muchacho ignorante pero muy curioso, analfabeto pero ávido por aprender, carente de afectos y muy ansioso por tenerlos.
Alcaesto no es una novela gótica o de caballería, aunque en ella hay aventuras, poderosos y débiles, héroes y damas en peligro, hijos que buscan padres perdidos y padres que han perdido hijos, nobles caballeros y castillos. Esta es una obra que apunta a algo más profundo, es un símil de la vida misma y cuando el maestro Kanamantis enseña a su criado también enseña a los lectores, los hace pensar.
Son muchas las dificultades que sufre Kanamantis, alquimista y judío, en una España que acababa de vencer a los moros y de expulsarlos de sus territorios, una España que no aceptaba doctrinas religiosas extrañas en sus dominios y cuyos monarcas veían peligro en los extranjeros. El alquimista sufre persecución de parte del brazo armado de la Iglesia: la Inquisición.
Para comprender la magnitud del poderío eclesial dice la autora en una página “Todo lo bello de la época estaba en las manifestaciones del poder. Nunca podría estar escondido entre los rasgos de la miseria. La belleza de la iglesia gótica de San Mateo, que intentaba alcanzar a Dios en su material elevación, era la pauta. El gran imperio marcaba el valor de todas las cosas y no era discutible”. El Santo Oficio era entonces como el Gran Hermano de hoy día, controlaba absolutamente todos los actos humanos y si los consideraba una herejía, quienes la cometían eran condenados a muerte en la hoguera o en la horca. Siempre fue peligroso el conocimiento para el inmenso poder que había adquirido la Iglesia ya en ese entonces.
Fernando e Isabel la Católica expulsaron a los judíos, también se apoderaron de sus pertenencias y edificaron iglesias sobre las ruinas de las sinagogas.
Alcaesto es una novela subversiva porque muestra el lugar que ocupaba la mujer en ese siglo, cuando ellas aún no tenían conciencia de su valía. Un ejemplo es la opinión de Maida –criada de Kanamantis- cuando ella descubre que el maestro está enseñando a escribir a su propia hija, exclama: “Es un monstruo, está metiéndole pensamientos en la cabeza” ¡Qué cosa tan terrible! La cabeza de las mujeres debía permanecer vacía, ¡cuanto más vacía mejor!
Rafols escribe diálogos fluidos, con tintes humorísticos, su prosa es diáfana y el placer de la lectura discurre sin tropiezos. La riqueza emocional del personaje narrador, Xeo, es por momentos, conmovedora. La autora captó muy bien el tono y el vocabulario de un joven de esa época y de la posición de Xeo, con su carencia de cultura y de roce. En el devenir de la narración el lenguaje del aprendiz sufre cambios y su manera de ver el mundo también muda. Él, que en un momento se quejó de estar embriagado con el cáliz de las palabras, las va comprendiendo y va creciendo en sabiduría y experiencia.
Quiero concluir con un mensaje positivo, cuando Xeo pregunta que
diferencia hay entre la poesía y la ciencia, su maestro le dice que “La ciencia dice como es el mundo y la poesía cómo desearía que fuera”. Hoy, los alquimistas se llaman de otra manera pero siguen bregando para hacer realidad el mundo de la poesía.

martes, 1 de diciembre de 2009

COMENTARIO LIBRO - EL INVIERNO DE GUNTER

EL INVIERNO DE GUNTER
De Juan Manuel Marcos


Realmente el libro tendría que llamarse El espejo de Gunter porque Juan Manuel Marcos, su autor, nos enfrenta con el verdadero rostro que teníamos en aquellos años, los de la juventud idealista y activa que soñaba con vencer dictaduras y defenestrar tiranos. Hace 22 años los jóvenes despertaban con sus conciencias nítidas y se aprestaban a marchar, decididos a vencer todos los obstáculos. Razones tenían, en el sur del sur, las cosas no estaban bien y a eso se refiere el autor cuando relata la prisión de Soledad y hace escapar a través de las rejas los poemas que ella escribe porque nadie, hasta ahora, pudo aprisionar los pensamientos. Ya lo dijo otro personaje mencionado en la novela, Sarmiento, el protoyanqui.
Después de Yo El Supremo ésta es la novela más compleja y más trabajada de la literatura paraguaya y ese trabajo de orfebrería la catapulta a primer plano. Quienes la premiaron como el Libro del Año, cuando se presentó, hace más de dos décadas, vencieron la cobardía porque la obra cuya acción transcurre en Corrientes olía demasiado a ilex paraguayensis. También es posible que ninguno entre los represores se haya dedicado a leerla como merece: con respeto, con toda la atención, con las antenas más sensibles que nunca. No se puede comprender a cabalidad El Invierno… con la sola ayuda de la intuición. Es necesario tener la luz que brindan muchas lecturas anteriores para paladearla, para sonreír cuando encontramos a Juan Manuel agazapado detrás de algunos giros, oculto en algunas oraciones que son como guiños para los iniciados.
La novela se desarrolla siguiendo un plan que el autor trazó desde el principio, desde la génesis de su historia, pero como hijo del cine, del cómic, de Bajtin, como heredero del surrealismo sangriento de una guerra que hasta hoy se discute, como admirador ¿detractor? de López, Marcos juega con la edición de este filme hecho con palabras, ideas, sensaciones, paisajes y mucha pasión. Por eso, como el dueño de un circo anuncia el número prodigioso que tiene en esa carpa cerrada, invita al lector a recorrer las páginas llenas de sorpresas y de trampas, de retruécanos, de banquetes adonde confluyen convidados de todos los tiempos.
Entre las sorpresas que ofrece El invierno… nombraré una: el incauto lector se encuentra visualizando una mujer sentada en un parque cuando la poesía toma por asalto la página y el lector levita, a tal punto llega el milagro de las palabras. No importa si son suyas o si Marcos las tomó prestadas, así como lo haría cualquiera cuyo corazón se abra al torrente de sentimientos y sensaciones.
Un juego en el que todos participan son las adivinanzas ¿Quién está pensando Elisa Alicia Lynch o Eliza Lynch? ¿El bibliotecario vietnamita es un homenaje a Renée?
Así desfilan, alternadamente en el vasto prado del libro, el Cnel. Alejandrino (¿Eugenio?), Livio Abramo y otros que parecen ser viejos conocidos. También, como en una dosificada receta hay mucha poesía – verdaderos remansos- contrastando con páginas esperpénticas. Son todas las voces del cielo y del infierno pugnando por entrar, ellas también, a escena.
Los juegos de palabras tienen la belleza de los fuegos de artificio y en el artesanal encaje de la trama los aguijones del pasado son persistentes, recurrentes. Hasta Mangoré aparece, sonoro y silente a la vez.
En el párrafo final, cuando ya el río de la inspiración ha vuelto a su madre y corre ordenado por el curso trazado hace siglos, como un último regalo, el autor nos deja la esperanza de ver florecido el lapacho turquesa que ha plantado Eliza esperando que le salgan alas.

martes, 24 de noviembre de 2009

COMENTARIO LIBRO El jardín de la mirada


EL JARDIN DE LA MIRADA
De Nila López

El libro presentado hace pocos días por la poeta Nila López se titula El jardín de la mirada, título que reproduce el de un poema de Octavio Paz, un pomea de amor y así es el tono de toda la obra. Desde su presentación muy cuidad, con tapa dura y una cubierta transparente que apnas vela la mirada de la autora, así de bello es el volumen y, este cuidado es también una prueba de amor de la escritora hacia el lector.
¿Cómo escribir sobre el amor en este siglo en el que los mensajes cifrados se han acortado de tal modo que con un breve TQM ya se dice lo esencial? ¿Adonde fueron a para las palabras y su magia? ¿Quien se llevó las sensaciones que ya nadie las nombra?
Nila se atreve, como se ha atrevido toda la vida a desnudar sus sentimientos y a rogar por la comprensión, la tolerancia ¡POR EL AMOR!
La trama de la novela es una excusa muy bien hecha pero queda opacada por el torrente amoroso que va derramando la autora sobre todas las páginas. Si en su último poemario, titulado La condición amorosa, Nila dió pruebas de ser tan poeta como mujer, tan excelente y tan apasionada, en este libro es ella misma otra vez en estado de gracia, en esa condición suprema que la incita a clamar amor en un desierto como los antiguos profetas. Incisiva, Nila clava sus dudas como dardos para desenmascarar esta existencia humana que no la satisface y sus sentencias quedan grabadas en la memoria del lector.
El jardín de la mirada ofrece un descanso al viajero de la vida, es un oasis pelno de silencio y de belleza.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Fantasmas en el Municipal

HOMENAJE A CHIQUITÍN LAMBARÉ

Fantasmas en el Municipal

Ya era de madrugada, Chiquitín Lambaré había esperado a que se marchara el último actor con sus admiradores y se ocupaba de cerrar las puertas del viejo y entrañable Teatro Municipal, su casa. Estaba solo en la inmensa sala, nadie en la platea, nadie asomado en los palcos. Había mirado todo con atención y cuando comprobó que ningún espectador olvidó algo en los asientos, dirigió sus pasos al costado para salir por una de las puertas internas y llegar a su cama tibiecita que lo esperaba en su “covacha”, como el mismo la llamaba.

De pronto sonaron fuertes pasos en la escalera de madera que conducía al paraíso. Chiquitín quedó atento para ver quien se asomaba pero no había nadie. Como en otras ocasiones las presencias invisibles no lo atemorizaron, encogiéndose de hombros siguió su camino.

Hubo noches en las que, antes de apagar las luces de arriba vio desde la platea una silueta vestida de blanco que se movía entre los palcos del ultimo piso, pero ante la atenta observación de Chiquitín, los movimientos de esa persona le revelaron que no era de carne y hueso.

Chiquitín Lambaré es un antiguo empleado municipal y hace varias décadas se ocupa de cuidar el edificio del teatro. Había tenido hijos y esposa, pero vive solo en el teatro, como si su deber fuera más fuerte que cualquier obligación familiar.

Sobre los fantasmas del Municipal, Chiquitín decía, como si fuera lo más normal del mundo, que “Se escuchan cosas, en un lugar donde ha pasado tanta gente es natural que eso ocurra”.

En otras oportunidades sus compañeros invisibles le traían el eco de otras voces, como la del gran actor paraguayo Jacinto Herrera. Era costumbre de Jacinto cuando estaba vivo, llegar un poco entrado en copas a urgir a su escenógrafo y primer actor Guillermo Ketterer para que terminara de una vez sus trabajos.

Chiquitín lo cuenta como añorándolo “El entraba gritando –Ketterer, Ketterer cara.., terminá de una vez eso que estás haciendo”. Para que este pequeño gran hombre no lo olvide, en noches de nostalgia Jacinto vuelve a gritar apurando a su escenógrafo y, también suenan los martillazos de Ketterer tratando de finalizar su trabajo.

Esos fenómenos eran tan comunes que Chiquitín no los temía. Solo cuando apareció, por primera vez, otro muerto famoso Chiquitín sintió que se le erizaba la piel y un temblor le recorrió el cuerpo.

Una de esas noches de estreno, él estaba caminando por el pasillo principal de la sala, cuando sintió pasos a sus espaldas y el sonido de unos espuelines arañando el piso de madera. “Quedé quieto y no me animé a darme vuelta, de pronto el sonido de las guitarras interpretando una canción muy conocida me clavó en el sitio, al tiempo que una voz comenzaba a cantar AYER, DE NUEVO YO PARTÍ ….”

Era la voz y la entonación inigualable de Luis Alberto del Paraná cuyo cuerpo fue velado en ese mismo teatro años antes.

¿Habrán vuelto los fantasmas al nuevo teatro Municipal? Sólo Chiquitín podrá respondernos.

domingo, 1 de noviembre de 2009

las flores del mirto

Hoy, que las veo desde la ventana de mi dormitorio, compruebo que aún siguen allí. Cuelgan trémulas de las ramas del mirto, casi oculto por la gran copa del laurel de España, están escondidas también por la parralera que crece como si nunca tuviera que sobrevenir el fín.
El mirto de mi casa tiene una historia de tesón y voluntad. Antes que nada debo explicar que es una de las plantas sagradas que viven en el jardín y cuidan de mi vida, del oxígeno que respiramos los habitanes de esta vivienda y que da belleza y perfume cada vez que florece, que son muchs veces al año.
Cuando la compré, era un arbustito de apens 20 0 25 centímetros y mi marchante me dijo que se llamaba Jazmín australasiano. Era la primera vez que escuchaba un nombre tan raro pero, como me gustarón el color y el brillo de las hojitas se lo compré y lo dejé en el patío donde todavía abundaba el sol. Pasó un año, dos, tres y hasta cino añós y seguía allí, quizás con unos pocos centímetros más, no me daba muchas esperanzas de que progresara. Pero como no se secaba tuve pena de expulsarlo. De pronto se estiró y un tronco grueso se fue formando, con ramificaciones laterales. La primera vez que floreció me asombró el aroma intenso y embriagador de sus flores, era como demasiado sensual. Pasaron dos o tres días y a su alrededor se formó una alfombra de pétalos que caían de sus flores en racimos, alfombra recorrida por hormigas gozozas porque sospecho que esos pétalos son dulces. Indefectiblemente, luego de su estallido en belleza y en perfume, venía una tormenta tropical muy fuerte que nos hacía olvidar de la hermosura efimera del mirto.
Ahora es un árbol de unos 5 metros, da sombra y sus delicadas flores blancas me miran,adornando el panorama verde que agradezco poder ver cada mañana.
Sé que lloverá, no me preocupa la sequía porque el mirto no falla, además de ser mi amigo es meteorólgo.
No soy muy creyente pero el mirto y los otros árboles de mi jardín me reconcilian con la idea de que un Dios generoso vela por todos y nos da respiro, esperanzas y fuerzas para continuar la lucha que emprendimos el día de nuestro nacimiento. Gracias mirto bello, que serviste de corona a los gloriosos y victoriosos generales del ejército romano. Gracias por tus encantos tan leves y tan efectivos.

domingo, 20 de septiembre de 2009

EL COPETIN DE LA PLAZA

La dueña del copetín se llama Olimpia y, por esas paradojas de la vida, es hincha fanática de Cerro Porteño. Ella comanda las tareas de la cocinera y del hijo menor, un niño de 13 o 14 años. Se nota que ha sido una belleza y ahora, le calculo unos 50 años, todavía se la ve muy bien. De rasgos finos y manos cuidadas, el trato que da a sus parroquianos es amable y educado.
Ya partieron los indígenas, ella cuenta que no consumían mucho “Algunas veces venían los chicos a cambiar monedas y compraban golosinas”. Ahora el negocio parece más próspero que en sus primeros días. En la cocina arden las cuatro hornallas y hay un trasiego de gente que entra y sale satisfecha.
La zona donde está ubicado el copetín es excelente, sus mesas y sillas pintadas de amarillo fuerte invitan a entrar, a todos les parece que allí hay calidez humana. Pasa la gente y la mañana se desliza, minuto a minuto. Desde la barra del mostrador se ven distraídos campesinos que merodean por los alrededores, artesanos que vienen a entregar sus productos en las cercanías, changuistas que hacen todo tipo de trabajo y que esperan los favores de la vida sentados en el banco de la plazoleta de las trabajadoras del sexo. Un músico bohemio con el estuche de su violín en la mano izquierda pregunta si hay café. Yo quisiera responderle que en ningún copetín paraguayo que se precie de serlo hay café a las 11 am. ¡No estamos en un café del Sena, hombre!
Ellas, las que ponen el glamour a la zona, las que ofrecen al viandante sus besos por pocos pesos, no faltan. Hablo de las matutinas, las que dejan hijos en poder de las abuelas y vuelven al atardecer con el rinde del día.
Llegué a las 10:30. Pude eludir a mis triglicéridos que me seguían y pedí una tortilla recién hecha, crocante, aromada con perejil, de paso escuché la conversación de Olimpia con la clienta.
¿Qué tenés para mi desayuno, che mamita? Todavía co yo no comí nada desde anoche.
- Tengo empanadas de carne y de pollo.
- -Nooo, chembo pya hai…me da tanta acidez, no puedo. ¿Qué lo que estás preparando para el almuerzo?
- Un bori borí de pollo, con mandioca y ensalada.
- Eso voy a esperar y mientras dame un tecito de boldo mbaé. Anoche no dormí un sueño porque le tuve que internar a mi mamá, por suerte le atendieron pero me quedé con ella, tuve que comprarle toditos los remedios y vine sin un peso. Pero algo ya hice.
- Si querés te fio, sabés que estoy para ayudarte. Hoy por ti, mañana por mí.
- No hace falta, hoy es el día de Alcibíades, el me paga bien. Le atiendo y después ya me voy otra vez en el hospital.
- ¿Qué tiene tu mamá?
- Tiene tiricia y los médicos dicen que es patitis o algo así. Amarilla está.
- Dale mucha lima puru`a y también llantén.
- Si, a lo mejor mañana ya la llevo otra vez en casa y le voy a cuidarle con esos remedios caseros que son mejor que los de farmacia.
Llegó mi tortilla y dejé de atender la conversación entre Olimpia y la mujer. El alimento básico del paraguayo estaba en su punto y no podía perderme en pensamientos ajenos. Esa tortilla merecía un poema. Tortilla rima con chiquilla y con canilla…

jueves, 6 de agosto de 2009

MAÑANA EN EL CENTRO

El sol que reapareció después de un gélido e interminable invierno ilumina la vereda de 14 de Mayo casi Paraguayo Independiente. Un perrito de raza, con pedigree perdido en algun día de su perruna existencia, mira el edificio Zodiac con atención. Tal vez aguarda que su dueña o dueño aparezca en una de las tantas ventanas, llamándolo para recuperar su lugar, su chuchita cómoda y tibia. Pero no se producía ese milagro. En las oficinas del Zodíac nadie mira por la ventana. Imaginamos, el perrito y yo, que veloces secretarias de minifalda adornan los escritorios de sus jefes y atienden los teléfonos con voz de modelo, tonta pero sabrosa.
Veíamos entrar a contables apresurados y abogadas de trajes sastre y peinados bien prolijos. Era la hora pico del mediodía, las veredas se llenan de gestores que desfilan todos los días en el parlamento, de guardaespaldas con trajes azules y corbatas ¡¡¡¡AZULES!!! que comen empanadas en la calle, con apuro, pensando que el jefe puede necesitarlos en cualquier momento. Hay gente que trae encomiendas para el correo y policías de franco que observan el fervor callejero con tranquilidad. También caminan por allí los lustrabotas, los músicos que solicitaron pensiones graciales, los políticos colorados que lamentan su caída y una pareja de la policía urbana enfrascada en su tarea principal, la que los distingue de otros colegas: enviar mensajes por celular. No importa que un caballo loco ataque a una anciana, ellos no deben perder su tiempo con esas minucias.
El sol del mediodía descubre brazos desnudos, camisas de mangas cortas y minis que han vuelto a salir de los guardarropas. Este es un día tipicamente paraguayo, ojalá el frío se haya marchado para siempre.

jueves, 16 de julio de 2009

El esclavo

El esclavo es un libro del escritor judío Isaac Bashevis Singer que toca un tema vigente hasta hoy, como es la eterna lucha entre la razón y la superstición, entre la intolerancia y la solidaridad, y entre el salvajismo, la crueldad y el amor.
La acción transcurre en el siglo 17, en Polonia, en una ciudad perdida y también en una aldea primitiva. En esos años los cosacos rusos invadían Polonia como si fuera su propia casa y se dedicaban a matar judíos, violar a sus mujeres y asesinar a sus niños. En medio de tanta desolación, lo único que mantiene viva la esperanza en el espíritu de esos hombres y mujeres, víctimas de la intolerancia y de la ignominia, es su fe en el dios que los ampara. Ellos se aferran a sus tradiciones y a sus dogmas como si fueran salvavidas o tablas que en un mar tormentoso, los llevaran a un Cielo merecido. Eso no impide que esos hombres también se comporten como hombres corruptos y venales, son seres humanos. Bashevis Singer los retrata con maestría, con una prosa admirable, para llegar a la conclusión de que, pese a sus pecados contra la fe judaica, el protagonista también es digno del amor de Jehová.
La novela es un canto al amor y a la esperanza y, para los gentiles o goys, es un venero de conocimientos sobre esa fe tan desconocida para ellos.

viernes, 10 de julio de 2009

COMENTARIO - Un libro apasionante

La historia detrás de la historia
de Helen Epstein


Por Lita Pérez Cáceres

He leído un libro Tras la historia de mi madre, que me impresionó muchísimo, su autora es Helen Epstein. Leyendo la solapa del me enteré que ella es periodista y escritora, especializada en biografías, en investigaciones sobre identidad y que da clases sobre memoria y trauma, entre otros temas. Solo entonces me expliqué la emoción que se siente al leer este libro. En él todo aparece ordenado y prolijo, como una investigación aséptica, pero Helen no puede contener sus sentimientos y, aunque trate de ser objetiva, ellos se asoman para estremecer los márgenes de su libro y las lágrimas derramadas humedecen las líneas que llenan sus páginas.
Epstein se propuso viajar al pasado siguiendo la historia de tres mujeres que gravitaron en su existencia: su madre Franci Rabinek, su abuela Pepi Weigert y su bisabuela Therese. Fueron tres judías, que vivieron en Europa Central, en la República Checa y padecieron la dictadura masculina que les impedía tener libertad de decisiones, además de la discriminación debida al antisemitismo. La historia va desde 1850 hasta la muerte de su madre, France, en 1989.
Para la autora, que se sentía casi norteamericana, el viaje hacia la semilla de su vida, le deparó dolor, mucho dolor. Al revivir las vidas de sus antepasadas, al pisar las tumbas de esas mujeres que eran parte de su ser, ella sintió lo que ellas sintieron y sufrió mucho al imaginar cómo habían amado, en silencio y ocultas, porque no les era permitido mostrar amor por alguien que no fuese tan judío como ellas.
Lo más impresionante del libro de Epstein es el resultado de sus investigaciones. Ellas retratan una época, lo hacen a través de escritos publicados en la prensa de esos años. Helen también reproduce diarios cuyas páginas contienen los más íntimos pensamientos de las contemporáneas de sus antepasadas. Todo está escrito de manera sencilla, son historias amenas pese a que desnudan una realidad cruel; están ubicadas en el lugar exacto de la historia y, en ese mapa antropológico de la Europa a mitad del siglo 20, la condición de las mujeres, en especial de las judías, se ve como en un espejo recién bruñido, nítido, exacto.
Hemos leído mucho sobre el Holocausto y creíamos saber lo suficiente, pero un buen material, como el de Epstein, consigue que nos sorprendamos, consigue que nos identifiquemos con esas mujeres que hoy son solo polvo. La saga logra conmovernos porque – en un pensamiento mágico - quisiéramos estar allí, al lado de ellas para contarles todo lo que hemos obtenido con años de lucha, desearíamos consolarlas y anunciarles que sus pesares son la base de una causa justa, la de la reivindicación de los derechos femeninos y el fin de la discriminación racista.
Helen Epstein nos transporta a ese tiempo cuando las mujeres estaban condenadas a transitar el limitado mundo del hogar; cuando las judías tenían vedados todos los caminos que la desviaran del matrimonio.
Estas más de 300 páginas del libro de Epstein son como un faro que ilumina el pasado y sus rémoras y que indica que no nos hemos equivocado al elegir nuestro camino de liberación.

domingo, 5 de julio de 2009

El 47

Anoche, 4 de julio de 2009, fue presentada la primera novela del gran escritor paraguayo Helio Vera. El acto fue corto pero completo y lo único que me molestó fue que uno de los presentadores dejara al desnudo la falta de difusión de nuestra literatura. Dijo Pancho Oddone, el presentador en cuestión y mi amigo personal, que la revolución del 47 es un tema del cual no se habla ni se escribe. Eso fue un mazazo para mi ego ya que el año pasado lancé un volumen de 20 cuentos sobre el tema del 47 y de la dictadura, con relatos ficcionalizados que había recabado en mi trayectoria como periodista. Bueno, no puedo esperar que todo el mundo lea lo que escribo y quizás los cuentos no se puedan comparar con una novela, pero igual sufrí en mi vanidad herida. Y tal vez Pancho tenga razón, esa etapa de nuestra historia no es mencionada a menudo, hay libros escritos por algunos participantes como el capitán osnaghi y uno de Washington Ashwell, pero no pertenecen al campo literario. Aparentemente nos hemos reconciliado pero aún la herida no se cerró y nos bloquea. La división perdura, pese a nosotros.

jueves, 2 de julio de 2009

La peste

Hay tanta alarma por la aparición y desarrollo de la gripe AH1N1 que me hace pensar en la antigüedad, cuando la peste asolaba Europa y cada uno tomaba la actitud que podía. Según el Decamerón, los nobles huían hacia sus castillos, bien lejos de las ciudades contaminadas y esperaban el fin jugando a obtener placer sin pensar en el futuro. Más cerca en el tiempo, cuando la bubónica desembarcó en Londres, barrios enteros eran puestos en cuarentena si se hallaba un muerto en una de las casas del vecindario. Porque todos los atardecer una siniestra carreta recorría las calles buscando cadáveres para arrojarlos a la fosa común. Se creía en antídotos, que hoy en el siglo 21- parecen increíbles. Por ejemplo, los hombres concurrían a los prostíbulos porque se decía que el sexo era un antídoto eficaz. A nadie se le ocurría que las ratas, que morían a montones, eran las verdaderas culpables.
Hoy pudimos tomar medidas para guarecernos de la epidemia, en un mundo tan, pero tan comunicado, es imposible no saber qué hacer, adonde ir y todo lo que sigue. Las ventas del alcohol para la desinfección de las manos aumentaron muchísimo y otra vez se llenaron los moteles. Porque, si bien hemos internalizado que no debemso saludar con besos, una buena encamada aleja los temore de una muerte cercana.

domingo, 3 de mayo de 2009

Biografía


Nació el 27 de octubre de 1940, en Asunción, Paraguay. En 1947, con su madre, su hermano Adolfo y su bisabuela Luisa Báez de Cáceres, parte a Buenos Aires, donde ya residía su padre, Humberto Pérez Cáceres, allí viven por 18 años y en esa capital nacen sus tres hermanos menores: Luisa, Carlos y Amanda. La autora realiza allí sus estudios primarios y secundarios.

En 1965, gracias a un permiso que dio Stroessner a los opositores para que pudieran regresar al país, la familia vuelve. Lita se casa con Fernando Cabral y tienen 3 hijos varones Luis Fernando, Jorge y Marcelo, y una hija mujer, Ana.

Su carrera de escritora se inicia en 1985, cuando gana un concurso de cuentos organizado por la empresa Ramírez Díaz de Espada y auspiciado por el champán Veuve Clicquot Ponsardin.

A partir de 1986 comienza a publicar sus cuentos en medios de prensa escrita y luego ejerce el periodismo, desde marzo de 1988. Fue redactora de la revista La familia, en el diario Patria hasta julio de 1989. Luego pasa al diario Noticias, donde escribe para la revista dominical y dirige la sección de Arte y Espectáculos, así como el suplemento Arte y Cultura, hasta julio de 1991.

En el desaparecido diario Hoy trabaja como colaboradora de la revista dominical desde 1991 a 1992; luego es redactora en el Semanario La Opinión 1992 a 1993.

Colabora en la revista del diario abc desde 1993 a 1995. Retorna al diario Noticias y es una de las redactoras de la revista dominical de ese medio, además de dirigir el suplemento cultural hasta el 2005. Actualmente escribe en el semanario Cambio 21 y para la revista Arte y Cultura dirigida por Victorio Suarez.

Es miembro titular de la Comisión Directiva de la Sociedad de Escritores del Paraguay (SEP) y socia de Escritoras Paraguayas Asociadas (EPA).

Obras publicadas:

María-Magdalena-María (cuentos) -1997. Editorial Intercontinental.

Encaje secreto (novela) 2002. Editorial Intercontinental.

Amalia al amanecer (novela, en co-autoría con Mario Halley Mora) 2004. Ed. El Lector

Rebelión en el jardín (cuentos y poemas para niños) 2004. Ed. Servilibro.

Cherea: la niñera y las luciérnagas (Cuento para niños) 2005. Editorial Criterio.

Mi vida con Herminio Giménez (biografía) 2005. Ed. Servilibro.

La Pasión (cuentos) 2006. Ed. Marvent.

Cuentos del 47 y de la dictadura (cuentos) 2008. Ed. Criterio.

Luis Bordón: vida y obra (Biografía) 2008. Intercontinental Editora.

Sus cuentos figuran en importantes antologías como:

Narrativa paraguaya, de Guido Rodríguez Alcalá. Editorial Don Bosco.

Narradoras paraguayas, de José Vicente Peiró y Guido Rodríguez Alcalá. Editada por Expo-Libro y la SEP (Sociedad de Escritores del Paraguay)

First ligth, de Susan Smith- Nash. Publicada en inglés por The University of Oklahoma; el Centro Cultural Paraguayo Americano; The Arkansas Review y Textura press.

Narrativa Paraguaya de Ayer y de Hoy, de Teresa Méndez-Faith. Intercontinental Editora.

El Cuento Hispanoamericano actual, selección realizada por la escritora checa Reni Marchevska y publicada en México.

Historia de la Literatura Paraguaya, de Hugo Rodríguez Alcalá y Dirma Pardo Carugati. Editorial El Lector.

Penélope sale Ítaca, antología seleccionada y editada por Eva Lofquist, del departamento de Español de la Escuela de Humanidades de la Universidad de la Vaxjo University, de Suecia.

También se han publicado cuentos de Lita Pérez Cáceres en las antologías editadas por el Taller Cuento Breve dirigido por el profesor Hugo Rodríguez Alcalá.


OTRAS ACTIVIDADES


Lita Pérez Cáceres fue también productora periodística de televisión en Canal 9, en los programas: Contra viento y marea y La mañana de cada día, en 1992;

Panelista en Atrapados, programa de variedades de canal 4, Telefuturo, en 2002-03 y panelista en Siempre Menchi, en Canal 4 en 2006.

Condujo en radio: Ni diosas ni panteras, en radio Uno: 1994-1995; Tomalo con soda, en radio Uno 1999; Famas y cronopios, en radio Chaco Boreal, año 2003; Velada, en radio Mil, 2007 y Tangos y algo más, en radio Uno 2007.

Obras Publicadas.



La pasión.
Cuentos.
2006.
Editorial Marben.





















Mi vida con Herminio Giménez.
Biografia.
2005.
Editorial Servilibro.

















Cherea: La niñera y las luciérnagas.
Cuentos para niños.
2005.
Editorial Criterio.
















Rebelión en el jardín.
Cuentos y poemas para niños.
2004.
Editorial Servilibro.










Luis Bordón: Vida y Obra.















Encaje Secreto.
Novela.
2002.
Editorial Intercontinental.



















María Magdalena María.
Cuentos.
1997.
Editorial Intercontinental.

Antologias que contienen mis relatos.





Narrativa Paraguaya.
Guido Rodriguez Alcalá
Maria Elena Villagra.





















El cuento hispanoamericano actual.
Reni Marchevska.



















First Light.
An Anthology of Paraguayan Women Writers.
Susan Smith Nash.
















Narradoras Paraguayas.
José Vicente Peiró
Guido Rodriguez Alcalá.






Premios Obtenidos.

2do. Premio ex - acquo, concurso Veuve Clicquot Ponsardin, año 1985.

1er. Premio, concurso Veuve Clicquot, año 1986.

3er. Premio, concurso Veuve Clicquot, año 1988.

2do. Premio, Concurso Veuve Clicquot, año 1990.

En 1990, un jurado especial integrado por miembros de los diferentes jurados que habían juzgado los años anteriores, dirimen entre todos los que habían ganado el 1er. Premio en los 5 años que duró el concurso y le corresponde al cuento El Dios del Olvido, de Lita Pérez Cáceres el premio Challenger.

Esta autora también obtuvo menciones en concursos literarios de cuentos organizados por el diario Hoy, y por el Club Centenario.

Fotografías Personales.







Así me siento cuando me duele la cabeza.














Amanda, mi madre, muy elegante cuando tenía 18 años.



















Mi padre, Humberto Pérez Cáceres, cuando era Director del área de Prensa en la Municipalidad de San Justo, provincia de Buenos Aires












Con mi esposo, Fernando Cabral, en 1974.




































En la ofi de la revista de Noticias, en el festejo de un cumpleaños.














A mis tiernos 4 años y ame dedicaba a la cocina, luego perdí la memoria y ningún plato me sale bien, por eso me hice escritora.










Fotografías con otros escritores.




Con la escritora y amiga, Milia Gayoso Manzur
















Con la escritora y gran amiga, Nila López.
















Susana Gertopán, Adolfo Ferreiro y Maluli Vera, cuando presenté mi primera novela: Encaje secreto











De izquierda a derecha: Lourdes Arnáiz Serra, la escritora colombiana Laura Restrepo y la gerente de la editorial Alfaguara. Presentación de Delirio, de Laura Restrepo, ganador del Premio Alfaguara.














¿Ven como Serrat me tiene abrazada?




Fotografías con otros escritores II



Con Osvaldo González Real y los editores Enrique Ostuni y Alejandro Gatti.















Acto de lanzamiento de un libro de la Editorial NAPA.




















Durante una
periodística cobertura con el actor argentino Javier Portales y la periodista Ilder Zacarías.
















Con Fernando Cabral y a escritora uruguaya Verónica Bassetti.

















Presentación de la novela Encaje secreto, con Teresa Méndez Faith y Margarita Prieto Yegros.












Javier Ramírez Díaz de Espada entregandome el premio Veuve Clicquot.


















Recibiendo el trofeo Challenger - escultura realizada por Hugo Pistilli - de manos de la señora Sara Ramírez de Díaz de Espada.


























Señalador de la Feria de Escritores.













Durante la presentación de Amalia al amanecer: el escritor Jesús Ruiz Nestosa, Halley Mora hijo, José Eduardo Alcázar y Pablo Burián, propietario de la Editorial El Lector.
















Con el escritor y dramaturgo Moncho Azuaga durante la Feria del Libro en Buenos Aires, en el 2007.











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Presentación de la novela Encaje secreto, con Teresa Méndez Faith y Margarita Prieto Yegros.















Presentación de su primer libro de cuentos María Magdalena María, con el escritor Osvaldo González Real y el editor Alejandro Gatti.




























Presentación de la novela Amalia al amanecer, con los escritores Osvaldo González Real, Nila López y José Eduardo Alcázar, y la artista plástica Natalia Lemir.
















Entrevista al poeta Elvio Romero.















Festejando mi cumpleaños con mis compañeros de el Diario Noticias.













Festejando mi cumpleaños con mis compañeros de el Diario Noticias.













Festejando mi cumpleaños con mis compañeros de el Diario Noticias.


















Festejando mi cumpleaños con mis compañeros de el Diario Noticias.



















Cantando durante una entrevista a una profesora de canto rusa, radicada en Paraguay.















Tarjeta de invitación de la presentación de la Antología de la Literatura Paraguaya, de Teresa Méndez Faith, presentada por las escritoras Lita Pérez y Nila López.