domingo, 27 de febrero de 2011

Mi nietita Gabriela

la literatura y la comunicación

Como todo cambia en el mundo, la imegen que tiene alguna gente sobre los escritores también debe cambiar. Ya no somos unos serios y ausentes señores que vivían encerrados en sus torres de marfil o, en el caso de escritores pobres, acostados sobre montones de paja, en un cuarto mísero, escribiendo a la luz de una vela. Estamos en el siglo 21 y hasta las mujeres escribimos, cosa e`no creer -diría Mendieta- el perro filósofo de Inodoro Pereira. Además, existe un detalle que es común en esta ciudad y en este país, muchos escritores y escritoras son también periodistas, no quiero nombrar solo algunos porque el resto -cuyos nombres me puedo olvidar- me odiará per secula seculorum. Y se sabe que el periodista maneja la comunicación, somos comunicativos, muy comunicativos.
Por eso me asombran las advertencias de que en el correo común a todos, de la Sociedad de Escritores del Paraguay, la gente tema comunicar lo que piensa por temor a que se cierre ese canalpor medio del cual nos enteramos de muchas cosas útiles y también frívolas.
Por favor, señores o señoras que dominan y tiene el poder de Hi-Man para cerrar el correo de la SEP-PY, no lo hagan. Los autores somos seres humanos, queremos hablar de nuestras emociones, de nuestros logros, queremos contarnso chistes, hablar de algo más personal y no solo enviar noticias de concursos. Nadie me dijo que me qeuje, pero estoy segura de que los periodistas escritores derramarán lágrimas sobre sus teclados si esa amenaza se efectiviza. Les ruego qeu no sean ratas crueles.

miércoles, 23 de febrero de 2011

MOMENTOS PARA RECORDAR I





Tres imàgenes, tres recuerdos. Con Rosalìa Ciccioli y Milia Gayoso Manzur, en Buenos Aires. (En el Cafè de la Paz, en el colectivo y en la Estación del Subte)

viernes, 18 de febrero de 2011

Humberto for ever

Los que acostumbramos a escuchar la radio desde tempranito, la,mayoría tenemos un hábito dífil de abandonar: escuchar radio Ñandutí. Allí el dúo dinámico de Humberto y su coequiper, el inefable Mono Farina, se ingenian para decir noticias no muy compometedoras y comentar la realidad con dósis de humor. Hay otras emisoras que también tienen ese ingrediente: el humor, como la Monumental, pero Humberto es inigualable. Ahora anda equivocándose mucho y es terco, pero no lo dejamos solo, es como si fuera de nuestra fmilia, lo retamos desde nuestras casas pero no cambiamos el dial. Yo, principalmente quiero saber qué hacen Churchill y su hijo Tony Blair, saber cómo anda el bosque que Humberto ha creado y muchas cosas más que nos importan como integrantes de la gran familia ñandutiense. Por eso, porque es la elección primera y cuando se va de vacaciones lo extrañamos mucho, es que quiero dejar este testimonio de afecto hacia un maestro como él. No importa que no sepa manejar el chirimbolo ese -como dice él- para leer este blog, se que entre quienes lo lean (una minoría selecta) habrá alguien qeu piensa como yo.

martes, 15 de febrero de 2011

UN TEMA ESCATOLOGICO


Quiero hablar hoy de un tema escatológico, como es el baño de los ómnibus de larga distancia, pero antes los pondré en situación. Los paraguayos somos, generalmente, mansos. Nos cuesta reaccionar cuando alguien nos está avasallando y esa actitud de dejarse abusar por otros se ve todos los días. Esta mañana, sin ir más lejos, estaba en un sitio donde había que esperar turno, cada persona que entraba tomaba obedientemente un número, se sentaba y esperaba que llamasen ese número. De pronto entra una joven que se dirige raudamente hasta la ventanilla donde atendían. Un personal le advirtió que debía sacar un número y aguardar, pero ella fue otra vez a la ventanilla y empezó a preguntar algo a la chica que atendía.
Como me crié en Buenos Aires y se respetar los turnos, protesté, había sido que todos los presentes estaban de acuerdo conmigo,ni uno solo se quejó. Todos permiten que le roben tiempo, como eso fuera un tesoro inagotable.
Pero lo del baño es otro cantar. Según los reglametnos del trasnporte, los buses que recorren largas distancias tienen baños. Pero en los buses paraguayos, al subir, el azafato o azafata anuncia "El baño solo es para el número 1, si tienen necesidad de hacer el nº 2 deben avisar al chofer". Eso me llamó la atención y me fijé que nadie decía nada, incluso había personas con niños que son impredecibles, pero siguieron calladas.
Como una detective estuve averiguando y supe que en las empresas argentinas o de otros países, el baño es para el 1 y el 2. Entonces, si nuestros buses paraguayos entran en otros países porqué esa prohibición para los pasajeros? Porque los propietarios de empresas paraguayas no quieren gastar en el producto químico que necesitan los toilets. Y el pasajero que se joda. Utilizo este término porque es el más gráfico. Son unos aprovechadors, los empresarios, cobran como si viajáramos en buses del primer mundo pero tenemos que aguantar 19 horas para ahorrarles el precio del químico.
Ojo, nadie alza su voz de protesta por ese abuso. Los paraguayos somos sufridos, buenitos y estreñidos.

domingo, 6 de febrero de 2011

HAGAMOS EL AMOR Y EL BOICOT

(Oleo de Ysanne Gayet)



Escuchando el program de radio CASA ABIERTA, me enteré que en muchos supermercados no dan trabajo a mujeres embarazadas. Para evitar equivocaciones, además de las solcitudes que deben llenar nuestras congéneres para ser admitidas, también tienen que someterse a un análisis que les asegura a los patrones que no están embarazadas. Si se embaraza despùés y se les nota, la echan, pese a que eso va contra la ley.
También las prefieren solteras, sin hijos y si tienen hijos, que no sean muy chicos porque tendrían que faltar para cuidarlos si se enferman. Otro dato que tienen muy en cuenta es la dirección, la futura explotada no debe residir en los suburubios muy lejanos, porque perderá mucho tiempo en llegar y eso significa pérdidas para el dueño o dueña del súper.
Hechos como éstos son una flagrante violación a nuestros derechos y una discriminación tan evidente que tendría que ser castigada con todo el peso de la ley. La pena es que pocas se animan a denunciarlos, está tan pauperizda la ocupación laborar, que mujeres y hombres prefeiren aguantar. Yo propongo a la Secretaría de la Mujer que de a concoer los nombres de esos comercios para que nunca más compremos en ellos. Hagamos el boicot a esos negreros. Y el amor con nuestras parejas, que tener hijos es una bendición.

viernes, 4 de febrero de 2011

La calle Caballero

La calle con nombre de prócer despierta lentamente, de acuerdo a la actividad de los comerciantes que la habitan. Los primeros en llegar son los cuidacoches, vienen animosos, comentando algún partido de fútbol que vieron la noche anterior, en el comedor de Olguita. Siempre hay alguna jugada dudosa, un réferi maldito y hasta una pedrada que deja una víctima inerte en el campo de juego.
Luego abre la Librería
y su contiguo negocio de papel, los empleados acuden con cara de haber dormido poco y de haber recorrido kilómetros de suburbio para estar en Caballero casi Mariscal Estigarribia a las 8 en punto, como los ingleses de América del Sur.
La morocha vendedora de frutas y de yuyos, Lili la exuberante, vende sus productos y cuenta historias. Sus clientes escuchan con atención mientras eligen las manzanas, los duraznos y algunos choclos.
El espeluznante caso del alemán que degolló a su pareja y la descuartizó, es el relato preferido de los cuidacoches, porque Lili la sabia, le agrega detalles escabrosos todos los días “La encontró leyendo un mensaje de amor en su celu…” dice el lunes. El martes cuenta “El ya sospechaba algo, porque ella se bañaba todos los días – a don Otto eso no le gustaba, la prefería sin bañarse- después se perfumaba y salía, le decía que iba a la farmacia”.
Para el viernes la imaginación de Lili le dictaba “El muchacho de la farmacia le había dado a ella un veneno que no deja huellas y dice que la chica se lo ponía en un te que don Otto tomaba después de cenar. Pero era muy lento porque él la mató primero…”
- Llevá patronita este ajenjo, especial es para la desintoxicación, eso tomaba mucho don Otto y yo digo que eso lo que le salvó.
Nadie critica a Lili, cada uno hace el marketing que puede o que sabe.
La quinielera llega pasadas las 9, retira su mesita, su silla, el libro de los sueños y va hasta la esquina de Mariscal Estigarribia, allí atiende a sus clientes. Una de sus preferidas es Gisela, la brasileña que vende artesanía a los turistas, cada vez que sueña con un animal juega mucha plata al número de esa bestia.
Los coches de turismo, llenos de hombres y mujeres de vacaciones, hacen su aparición cerca del mediodía. El vendedor de lentes ahumados y películas porno, les vende todo con sonrisas melifluas. Los hombres maduros, en bermudas con cinturones para atajar la panza, ojotas y sombreros, alzan los bolsones. Sus mujeres quieren salir de compras ¡ya!
Ninguno de ellos conoce las historias de la calle Caballero.