miércoles, 19 de mayo de 2010

Diego Sánchez Haase - retrato de un artista


ANIMAL DE RADIO Y DE TV

DIEGO SANCHEZ HAASE - Retrato de un artista

El martes 18 de mayo, el maestro Diego Sánchez Haase cumplió 40 años y lo festejó brindando un concierto magnífico, en el que, por supuesto, incluyó obras de Juan Sebastián Bach, el compositor más ilustre de la música barroca muy admirado por Sánchez Haase. Este regalo homenaje – fue regalo para el público y un homenaje al Maestro- estuvo muy concurrido por cierto y tuvo lugar en el Auditorio del Amba`y de la Universidad del Norte. En esa casa de estudios Sánchez Haase se desempeña como director de la orquesta de la Uninorte –creada por él- y ocupa un alto cargo en la Facultad de Post grado.
Antes de que la música iniciara su embrujo, fue proyectado un video sobre la vida de Diego. En el mismo pudimos verlo sonriente, mirando la cámara fotográfica cuando aún era un niño, en la escuela Don Bosco de Villarrica. Lo vimos tocando el arpa, primer instrumento que eligió para expresarse musicalmente, observamos a su madre hablando de él, de su Diego, el hijo que pudo cumplir sus sueños de infancia y ser un gran músico como se lo había propuesto desde que se sintió invadido por las notas. La quieta ciudad guaireña desfiló con sus calles tradicionales y Diego volvió sobre sus pasos hasta la escuela donde aprendió sus primeras letras, cuando era un alumnito de primer grado. Entre los valores que Diego Sánchez Haase agradeció a sus padres habérselos inculcado, se encuentran la sencillez, la honradez y, aunque no lo enumeró, pienso que también de ellos supo lo que era el agradecimiento, por eso es que compuso un tema al Karumbé – “vehículo” que usan los extranjeros que llegamos hasta la terminal de ómnibus de Villarrica y que también es uno de los preferidos por los hermanos gua í.
Al terminar el video habló el Maestro Sánchez Haase y además de agradecer a sus padres, a su esposa –música como él, que lo miró arrobada desde el coro cuando él dirigía – y a sus profesores, tuvo unas palabras muy reveladoras para los músicos de su orquesta “que soportan mis estallidos de furia cuando algo no sale bien y comparten mis alegrías cuando todo está bien hecho”. Ese párrafo especial lo desnudó como un apasionado perfeccionista que no se da tregua a si mismo y tampoco a los de su equipo porque sabe que pueden dar más y más, hasta el límite que él imponga
Sánchez Haase se presentó como el resultado de la educación que le brindó su familia, su padre haciéndole escuchar los conciertos y aclarando sus dudas y su madre que le dio su bendición cuando comprobó que no había otro destino para él sino la música. Ellos le dijeron que amara las cosas sencillas, que debía alejarse de las vanidades y de los oropeles y que lo mejor para una persona es ser auténtica.
Ese Diego es la perfecta armonía entre la disciplina germana por vía materna y de la pasión paraguaya, por el padre. Escuchar un concierto dirigido por él es como entrar en otro mundo y si nos lleva a la música barroca, es visitar el paraíso.

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