Queridos seguidores, les cuento que en Paraguay (por si alguno vive en otro país) las modelos y las aspirantes a reinas de belleza, todas, pero todas, han leído Yo El Supremo y lo mantienen como libro de cabecera.
Siempre me sentí disminuída por ello, ya que las primeras lecturas de ese clásico que trajo el Cervantes al Paraguay me pareció aburrido e insulso. Estaba equivocada, no había perseverado lo suficiente. Ahora lo tuve que leer por obligación y ¿están sentados? ¡Ya llegué a la página 50 sin desmayar en el intento!
A medida que voy avanzando le encuentro tanto sentido del humor, tanta ironía y tanta sabiduría del autor que me asombra no haberlo leído antes. Es realmente un supremo de nuestra literatura. Además, están tan bien delineados los dos persoanjes, El Supremo y Nicanor Patiño, en páginas ausentes de descripciones fatigosas, yendo ambos al meollo de la cuestión en una dialéctica viva,ágil, profunda y graciosa, que me parece verlos en una habitación en penumbras, iluminada por pocas velas - por la austeridad del amo y señor. Los dos hablando, pintando escenas pasadas y futuras con palabras, con la magia de las palabras, supremas expresiones de las ideas.
Cuando termine la lectura haré un comentario en serio, pero tengo que contarles que con el paso del tiempo me siento más linda, más joven, más alta, más delgada y más rubia. ¡Con razón lo leen las modelos. Seguro que Egny Eckert ha descubierto esos beneficios hace tiempo y ahora es una de las más votadas en el concurso de belleza donde participa.
Lean a Roa chias, es mejor que una lipo.
martes, 19 de octubre de 2010
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